Durante el mes de noviembre hemos ido con nuestro alumnado de 3ºESO y 1º de bachillerato a escalar al nuevo rocódromo de Lugo. Es una actividad difícil de realizar en el instituto o alrededores, en las condiciones de seguridad y eficacia pedagógica que el proceso educativo requiere. Pero están surgido una nueva generación de rocódromos que nos permiten trabajar con un buen número de chicas y chicos al mismo tiempo, en condiciones de absoluta seguridad y con altos contenidos educativos. Al escalar, las personas conectan con sus temores y con sus límites, superándolos. Al escalar, las personas conectan con su cuerpo de una manera nueva y sorprendente: el tacto gana protagonismo en la orientación, al tener que tantear las presas en busca de agarres idóneos. El trabajo que hay que hacer con el centro de gravedad, bailando con la pared en busca de apoyos y agarres, nos revela una nueva dimensión de nuestro cuerpo, que amplía la que ya tenemos consolidada. Hay que sondear l
Rutas y prácticas mindfulness en la naturaleza, inspiradas en la ecología profunda.