Encinas, arces, castaños, robles, abedules...Todos mezclados en un paisaje húmedo, a medio camino entre rural y salvaje, entre montaña y colina.
Además, el paraje calcáreo conocido como Os Grobos, en el que la roca y la vegetación han creado un laberinto de una belleza muy especial.
Otra vez, una jornada muy especial, con un grupo pequeño, como es nuestro estilo, por caminos poco pisados, por trochas desconocidas para la mayoría de la gente.
Y la próxima, estará preparada con el mismo amor por la naturaleza y con el mismo esfuerzo ¿Te la vas a perder?
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