Una ruta de media jornada, en principio prevista por el entorno del río Mendo, pero que por el mal estado de algunos tramos, muy afectados por las cortas de eucaliptos, pasó a ser por el vecino Mandeo. Y un grupo con gente que no nos conocía y a la que tampoco conocíamos.
Una ruta para presentarnos y para conocernos. Media jornada muy bien aprovechada. En ella, además de disfrutar de las personas, tanto de las que venían por primera vez como de "las de toda la vida", disfrutamos de un itinerario novedoso lleno de momentos de gran belleza.
Y una vez más pudimos constatar el impacto de la sequía. El Mandeo lleva la mitad del caudal habitual para estas fechas.
¡¡Esperemos que llueva muy pronto!!