La niebla cierra las grandes vistas que las cumbres nos ofrecen y dificulta la orientación. También nos obliga a mirar con más atención, nos lleva a un silencio de concentración en el medio y en el cuerpo que es muy revelador; nos ofrece una imagen cambiante del entorno, con repentinos claros, con contrastes espectaculares. La niebla, bien gestionada, es una buena compañera en el viaje de interiorización que toda ascensión montañera implica. Y además, la niebla es una invitación a volver, para gozar de las vistas negadas desde la cumbre ascendida.
Con ese espíritu abierto a lo que toca, con la seguridad que da caminar con el apoyo de personas que gestionan las dificultades de orientación, con el grupo que este puente del Pilar compartió viaje con Transitum Natura y, ascendimos al Catoute, disfrutamos de la experiencia y compartimos aprendizajes, risas y momentos maravillosos.
Pero no solo en el Catoute: el Valle del Silencio (13km. de belleza para ir calentando motores),
Peñalba (uno de los pueblos más bonitos de España),
Colinas del Campo de Martín Moro Toledano (el pueblo con el nombre más largo de España),
Igüeña, su fiesta de la calabaza y su espectacular grafiti dedicado a la minería.
las Médulas...
El viaje incluyó todo eso y mucho más: conversaciones enriquecedoras, conversaciones divertidas, intercambio de ideas...Todo aquello que nos hace más humanos, más cercanos y por tanto, más felices.
¡¡Os esperamos en la siguiente!!