Mampodre. El camino a seguir a estos tiempos


 ¿Existe la ruta perfecta? No lo creo, pero sí creo que cuando tenemos en cuenta a las personas que van a participar en la ruta, las circunstancias meteorológicas y el paisaje, y diseñamos una actividad adaptada a nuestras expectativas pero a la vez respetuosa con todos los condicionantes que impone la montaña, podemos aproximarnos a ese concepto ideal que es "la ruta perfecta".



Martes 25 y miércoles 26 de agosto. Antía y Silvia. Días aún algo cálidos y noches frescas, tirando a frías. Mejor llevar tienda...Con el tiempo que hace que no llueve, el agua puede escasear y habría que cargar con mucho peso extra, para abastecernos para beber y cocinar. Hay que elegir una zona que minimice estos problemas... Pero hay ganas de montaña, de ambiente alpino y de experiencias intensas.

El macizo del Mampodre, entrando por el arroyo Valverde, promete agua hasta una buena altitud. Cerca del collado, tal vez haya buenos sitios para vivaquear. Y el paisaje...¡es espectacular! La Cruz del Mampodre, con más de 800m de prominencia, figura entre los 100 picos más prominentes de la península. Esto, unido a la posición del macizo, situado al sur del eje principal de la Cordillera Cantábrica y muy centrado respecto a la misma, otorga a esta cumbre unas vistas de primer orden, desde los Picos de Europa hasta Peña Ubiña, incluyendo la Montaña Palentina, con el siempre destacado pico Espigüete. Todas estas razones nos llevaron a diseñar una actividad muy especial, para las personas que la habían solicitado y que participaron con muy buen criterio en la toma de decisiones.


El martes subimos hasta muy cerca del collado, observando con preocupación que el río aparecía y desaparecía por tramos y temiendo tener que bajar mucho para abastecernos de agua, pero los pronósticos iniciales se cumplieron y a dos minutos de la zona de vivac, teníamos un manantial.

Llegar tal alto el primer día nos permitió, saliendo de los sacos a las 6.15 de la mañana, ponernos en marcha a las 6.30, disfrutando de un cielo poblado de estrellas que se iban ocultando muy deprisa, con el alba. Ya en la arista cimera, pudimos disfrutar de la salida del sol. Y los bancos de niebla matutinos que cubrían los valles circundantes, añadían belleza al panorama.

                                               Empezando la jornada, en la zona de vivac




                                                          El paisaje desde arriba


                                              En el cento de la imagen, la zona de vivac

Y con la fresca de la mañana, antes de darnos cuenta y ligeros de peso, nos habíamos hecho La Cruz del Mampodre, la Polinosa y el Pico Valcerrao. Bajamos al vivac, repetimos desayuno, recogimos todo, bajamos a Maraña, nos dimos un baño en la piscina natural y ya por la tarde, regreso a casa.


La actividad supuso un conjunto de experiencias, como dormir en altura (impresionante ver el atardecer) o salir a caminar de noche, que añaden calidad a la actividad. También hubo aprendizajes, como siempre, y superación de nuestros límites.

Una actividad a la carta, que marca el camino que tal vez tengamos que seguir en estos tiempos.

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