Toda ruta nos deja una impresión de belleza y nuevos aprendizajes, sobre el mundo y sus paisajes y a cada persona sobre sí misma.
Si se trata de una Gran Ruta, por su belleza, soledad, aislamiento y dureza, las impresiones que nos deja se disparan. Y esta ruta ha sido una de esas.
Puede parecer que aprendemos a sufrir, pero quien más quien menos ya sabemos de eso: lo que nos enseña es a resistir. A probar nuestros límites, a explorar nuestras fuerzas, tantas veces ocultas a nuestra consciencia. Y todo eso, en un clima de resistencia alegre, solidaria y sin dejar de percibir la belleza que nos rodea.
Gracias a todas las personas que habéis participado por vuestra presencia, solidaridad, alegría y esfuerzo. Mil gracias.
Dureza
Belleza
Aislamiento ( la ruta sin caminos, la podíamos llamar)
Contemplación.
Alegría
Tranquilidad.
Haciendo camino
¡¡NOS VEMOS EN LA SIGUIENTE!!